Juan Valdivia (guitarra de Héroes del Silencio)
Artículo publicado en el libro «Más Perdidos en los 80»
Me piden escribir un texto sobre lo que viví en los Ochenta y aprovecho la oportunidad que se me brinda para contar alguna anécdota de esos tiempos y hacer unos agradecimientos.
Esta década me coincide perfectamente con Zaragoza porque vine con catorce años y una guitarra española, comprada en una juguetería, de Segovia, justo el año 1980, a estas estupendas tierras de Aragón.
Tengo que hablar de Música, que es lo mío y en esto, tuve suerte.
Después de cruzar un día el Puente de Santiago al salir del colegio, me encontré con un escaparate en el que vi el cielo. Era Mariano Biu, la primera tienda de música que veía en mi vida. Había de todo, si no recuerdo mal, elementos de percusión, instrumentos de viento, bajos eléctricos y guitarras, etc. A partir de ese día, siempre que salía de la escuela y podía, pasaba largos ratos con la nariz pegada al cristal que me separaba de mi gran pasión, esa guitarra eléctrica que, económicamente no me podía permitir.
Lo que hice entonces fue bajar el listón y, para empezar simplemente le puse una pastilla a la guitarra española que tenía. El cable de la pastilla, que terminaba en un clásico Jack, no se cómo lo convertí en dos RCA y lo conecté a un antiguo amplificador hifi, el del tocadiscos que había dejado mi padre, antes de morir. Y…reventó todo. Por no sé qué de las impedancias me cargué el equipo, los bafles seguro.
La realidad es que me enteré de que las guitarras eléctricas necesitaban un amplificador “especial” para sonar pero eso ya era un súper lujo. Entre tanto creo que fui uno de los afortunados que vieron a los ‘Aborígenes del Cemento’ en el BV80, el primer concierto que vi en mi vida y que me impactó y lo tengo que decir, hablamos con el dueño para tocar nosotros también, no sé qué fecha le dijimos pero sea cual fuera no aparecimos por allí porque no teníamos ni batería ni amplificadores ni instrumentos ni… dignidad.
Muchos meses más tarde y con algunos prestamos de compañeros de clase, me pude llevar a mi casa la guitarra eléctrica de Mariano Biu, una STAGG stratocaster. A día de hoy y para que parezca barata, toda la operación me costó unos cien euros. Bien, pues con esa misma guitarra llegué a dar un concierto, cinco o seis años más tarde, como ‘Héroes de Silencio’ todavía sin discos grabados, en el estadio de La Romareda, teloneando a Franco Battiato y Al Ultimo de la fila. Era 1986.
Agradecimientos?, esto y lo que vendría después no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de Julián Torres ‘Cachi’ además de otros periodistas que citaré luego, como Matías Uribe. Los músicos de grupos de Zaragoza teníamos mucha suerte de tener a “Cachi” haciendo el programa de radio ‘El Selector’, en el que uno podía ponerse al día de lo que se hacía en el “olimpo” (Inglaterra), o todo lo que sonaba en España, desde Madrid, Vigo, Barcelona, Málaga o por supuesto Zaragoza, La Edad de Oro la llamaban. La primera vez en mi vida que escuche a U2 fue en su programa..Sunday Blody Sunday puso.
Porque nos apoyaba a todos, incluso a nosotros, cuando le llevé la primera maqueta de esta guisa: Habíamos ensayado dos días y con un radio casete en el suelo en medio del local, le dimos a rec+play y empezamos a tocar….al día siguiente le llevé la casete a radio Zaragoza a las tres de la tarde, creo que empezaba el programa a esa hora. Nunca le había visto y me daba miedo.
Cuando llegó, como pude se la di y lo que hizo fue llevarse el dedo índice a la altura de la oreja y señalarse su oído…lo que a mí me pareció como que me dijera que me pegara un tiro en la cabeza, pero se la quedó. Y la puso. El sonido sería horroroso pero lo que si se escuchó perfectamente es a Enrique decir antes de la canción “¡¡¡Pero que lio de cables!!!”. Yo salí corriendo de la habitación y me encerré en el baño de mi casa con la intención de que nadie lo hubiera escuchado. Pero se estaba emitiendo en Radio Zaragoza. Debió de sonar “Olvidado”.
Así las cosas, decidimos grabar otra maqueta, en condiciones. Nos fuimos a “Recording Estudios” en la calle María Moliner, creo que estaban. Cuando la terminamos, se la volvimos a llevar a Cachi, Matias Uribe, Emilio Velilla, Javier Losilla. Todas ellas eran algunas de las personas que animaban la ciudad en esa década con sus respectivos trabajos periodísticos y de radio. Sin Olvidar a Miguel Mena y Pedro Elías. Nos abrieron los brazos. Al poco tiempo, recibimos su llamada para acudir a sus emisoras para hacer entrevistas. Entrevistas significa “Verse Entre”, así que nos fuimos empapando con su amistad para seguir adelante con más confianza en nosotros mismos.
Matías Uribe, hasta donde yo sé, además de hacer su programa de radio, ya escribía críticas y artículos en el Heraldo de Aragón. Los domingos, una revista extra se adjuntaba con el periódico, donde fabricaba estupendos monográficos sobre grupos e historias musicales varias, como su viaje a EEUU para ver a Bruce Springsten, yo me enganché a esa serie. Apoyaba con fuerza a los grupos de Aragón y los ponía en su sitio. A nosotros nos puso en el nuestro, que es este. Como tantos otros grupos aragoneses, tuvimos nuestro monográfico y fueron momentos muy felices.
Recuerdo muy bien cuando nos acompañó, junto con Cachi, a Salamanca, para participar en el festival de Radio Cadena, después de clasificarnos con una maqueta que grabamos una tarde muy entretenida en compañía de Javier Losilla. Cachi me dejó ropa suya para ese concierto, para salir al escenario y parecer de otro mundo, y Matías, regañó a todo el jurado por no hacernos ganadores, con toda razón. Entre tanto, Cachi nos regaló que “Héroe de Leyenda” fuera “tema estrella” en su programa, y lo pinchaba todos los días, llevándonos a la popularidad en Zaragoza sin tener ni un disco ni medio. Para alcanzar esa meta, todavía no existían los CD y grabar un disco no era fácil, él solo se las arregló para llevarse nuestra maqueta a Madrid y, para no extenderme más porque hubo mucho por medio, resultamos fichados por la compañía discográfica EMI, la mejor.
Y se editó el primer disco…
En cierta ocasión Julián Torres me dijo que habíamos animado la ciudad pero, ¿Quién animó a quién?…
Muchísimas gracias a Zaragoza por habernos dedicado una calle, lo que nos supone un honor grande, muy grande.
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